Ya que el labio y el paladar se desarrollan de manera separada, puede hacer casos en los que el niño tenga el labio hendido y no el paladar, con hendidura en el paladar y no en el labio, y con ambos labio y paladar hendido.
La hendidura puede ser desde ligera, hasta tener una separación completa hasta llegar a afectar la nariz. Un labio hendido, puede provocar que sea más difícil para el bebé succionar la leche de su madre, mientras que el tener el paladar hendido provoca dificultades al ingerir la leche pues podría entrar accidentalmente a la cavidad nasal.
La consecuencia que se puede presentar en los niños con este problema es desnutrición, infecciones e incluso hasta la muerte.
El labio y paladar hendido son uno de las anomalías más comunes de nacimiento. Ocurre en todas las razas y clases sociales. Sin embargo, la mayoría de este problema se presenta por una combinación de factores heredados (genéticos) y ciertos factores ambientales como químicos, pesticidas, medicamentos, etc.
El labio y paladar hendido se presenta casi al principio del embarazo, pero por múltiples rezagos en nuestro país, no se detecta a tiempo ni se atiende como se debería.
Las anomalías craneofaciales son defectos de nacimiento que se presentan en el desarrollo de los huesos de la cara o cabeza. Algunas de estas deformaciones son las que conocemos como labio y paladar hendido, que son las más comunes de todas estas anomalías, entendiendo médicamente anomalía como “diferente de lo normal”.
Estas anomalías son congénitas y van en diferentes grados, desde leves a graves; y cada una tiene un tratamiento que depende al tipo de problema como requerir intervención quirúrgica.